España está emocionada con la
trayectoria de la Selección Española de Fútbol en la Copa de Europa de Naciones
que actualmente se está disputando en Polonia y Ucrania. No sabemos por qué,
pero la experiencia ya nos ha demostrado que hasta algún terrorista de ETA han
llegado a jalear los éxitos del fútbol español luciendo la elástica de la
Selección Nacional. ¿Por qué? ¿Qué tiene el fútbol que une a tanta gente
independientemente de la situación política, económica y social en la que
vivamos?
Nadie puede dudar de que los futbolistas de
la Selección Española son unos profesionales muy competentes y sobresalientes
en su labor. Llevan algo más de cuatro años practicando un juego excelente y
apenas ha tenido alguna que otra derrota aislada en este periodo, derrotas que
han terminado resultando meras anécdotas. Pero no es sano, a nivel social, que
nuestra gente les preste una atención tan grande cuando España vive unos
tiempos tan difíciles e inciertos.
España está perdiendo, cada día más, su
identidad católica. Ya no somos aquel pueblo que evangelizó un continente
entero, llevando la luz a aquel mundo sombrío al otro lado del mar, a la vez
que se erigía en el bastión principal de la Santa Cruz en el Viejo Continente
haciendo frente a cismas y escisiones que amenazaron (y continúan amenazando)
la hermandad entre las diversas naciones de Europa.
España tampoco es ya un proyecto histórico y
de futuro para los miembros de una comunidad que la recibieron como legado de
unos antepasados que vertieron sudor y lágrimas por su pueblo. La existencia de
España como ente socio-político como consecuencia de su proyecto histórico,
hecho logrado gracias a la unidad y compromiso de todas las regiones, es
actualmente algo “discutido y discutible” (al menos así lo calificó cierto
individuo que ocupó la Presidencia de Gobierno).
¿A qué ha quedado reducida España entonces?
Un pueblo sin fe y sin conciencia de sí mismo ha quedado limitado, ni más ni
menos, que a un equipo de fútbol. Y, como si todo eso no fuera poco, ¡estamos
económicamente arruinados!
Somos conscientes de que el patriotismo
puede llegar a ser un sentimiento muy irracional y, desgraciadamente,
excesivamente utilizado para apelar a la población por boca de políticos sin
escrúpulos que únicamente buscan títeres capaces de cumplir sus objetivos.
¡Anda que no han apelado poco el PP y el PSOE al “patriotismo” cuando la
población no cesaba de criticar sus políticas gubernamentales!... Pero, desde
luego, no estamos dispuestos a aceptar que una de las naciones más antiguas de
Europa vaya a quedar limitada a un equipo de fútbol, por muy buen juego que
éste haga o muchos torneos internacionales que logre.
Frente al falso “patriotismo” de los forofos
del fútbol, en -elmunicipiotoledo- alzamos la bandera de la religión católica
(en primer lugar, la verdadera; y, además, históricamente la española), de la
unidad de España (donde todas las regiones ocupen su lugar, cada una con sus
particularidades lingüísticas propias, porque en nuestro modelo de nación hay
sitio para todas las lenguas españolas sin discriminación hacia nadie) y de la
justicia social (porque en España no puede haber millones de parados mientras
que otros disfrutan de ingentes beneficios obtenidos gracias a la labor de los especuladores).
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